A veces ser humano es difícil,
y es inútil,
pero ante todo has de saber
que se vuelve siempre. Siempre.
Siempre la pesada cabeza
se derriba,
pero al levantarse, mira,
y en la tarima
o en el agujero
vuelve a erguirse.
Y es inútil,
inútil toda huída
porque finalmente
su pelo mixta,
su boca entreabierta
y su dimensión veraz
templa el aire;
y si le miramos
le veremos ardiendo
y el mundo, la mano que lo pinta,
caerá de rodillas
y se arrepentirá de haber sido
como los necios lo pintaban
y no como él hubiera querido verse.
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ResponderEliminarMe ha encantado tu poema. Tenía ganas de seguir leyendo más.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlota, algún día te dedicaré un libro.
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ResponderEliminarMuy bonico el poema, te doy mis diez, tendrias que dedicarme a mi también un libro y no solo a Carlota.
ResponderEliminarGracias Fabio, siempre y cuando me apoyes, lo haré.
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