Libro imaginario.

Reflexión sobre la muerte.

No es la muerte la que nos mata,
sino la que nos salva de la certeza
de saber que no hemos vivido.

Poesía visual (Relación entre un cuadro y un poema).

Muchacha en la ventana, Dalí.

AH, SÍ

Hay cosas peores

que estar solo

pero a menudo hace falta décadas

para entenderlo

y en la mayoría de los casos

cuando lo entiendes

ya es demasiado tarde

y no hay nada peor 

que

demasiado tarde.











Es cierto que no estoy muy acostumbrada a leer poesía extranjera, pero si hay un poeta que me ha marcado de verdad ese es Charles Bukowski. Estamos muy acostumbrados a la poesía perfecta, pulida, con las palabras y los recursos adecuados en cada verso. Bukowski es todo lo contrario a esto. Perteneciente al movimiento literario conocido como Realismo sucio, escribía de manera totalmente despreocupada, plasmando las cosas tales y como las veía y sentía. Ha sido criticado por mucha gente debido a su gran explicitud, pero a mí me parece uno de los mejores escritores que he leído.
Este poema en concreto, a pesar de su brevedad, me transmite muchas emociones, la mayoría de ellas tristes, y se encuentran perfectamente plasmadas en este cuadro de Dalí. En él, como podemos observar, la muchacha se encuentra apoyada en la ventana, contemplando el paisaje, según yo, de forma melancólica.
 Es por eso que he elegido este cuadro y esta poesía, porque juntos, Dalí y Bukowski crean la combinación perfecta, aunque a su manera, porque en el arte, como es obvio, todo es subjetivo.

CÓMIC: La historia de Anastasio degli Onesti

POEMA: El niño de Vallecas (voluntario).

A veces ser humano es difícil,
y es inútil,
pero ante todo has de saber
que se  vuelve siempre. Siempre.

Siempre la pesada cabeza
se derriba,
pero al levantarse, mira,
y en la tarima
o en el agujero
vuelve a erguirse.

Y es inútil,
inútil toda huída 
porque finalmente
su pelo mixta,
su boca entreabierta
y su dimensión veraz
templa el aire;
y si le miramos 
le veremos ardiendo
y el mundo, la mano que lo pinta,
caerá de rodillas
y se arrepentirá de haber sido
como los necios lo pintaban
y no como él hubiera querido verse.

MICRORRELATO: El paso de la laguna Estigia.

EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA, PATINIR.

Terror... Miro hacia ambos lados: más terror. Todo me resulta cada vez tan cercano y  a la vez tan distante, que no puedo distinguir el cielo del infierno. La única verdad que alcanzo a recordar es que estoy aquí, en este sitio, a las puertas de mi destino, de lo bueno, según dicen, y de lo malo. No sé qué hacer... Toda mi vida he vivido entre odio y pecado, tomar ahora el camino del bien sería un pecado aún mayor que todo lo anterior vivido. Observo atentamente. Supongo que el camino más ancho, el de mi izquierda, es el que debo seguir, es el que está más a mi alcance... Y supongo también que es el camino incorrecto, el del terror. Creo que eso es lo que me espera, después de toda una vida así, no me queda otra opción que continuar mi paso como nací, como crecí, como viví, como morí: arrepintiéndome de todo y sintiendo el terror en mi propio cuerpo a todas horas y en todas partes. La barca debe guiarme hasta esa orilla, ahora lo sé, así soy, pertenezco allí...

Relación de la literatura con las demás artes

Yo pienso que todas las artes constituyen una sola, es decir, que de alguna forma, una lleva a la otra. Un cuadro, un libro, una canción... Todos ellos tienen una misma función: expresar lo que siente el artista y hacerle sentir algo al que lo ve, lee o escucha.
Esto se ve perfectamente reflejado en este cuadro, El Jardín de las Delicias. Hay varios tópicos y figuras literarias reflejados en él, pero dejando a un lado esto, es evidente que El Bosco con este cuadro nos quiso contar o expresar algo. Muchos lo verán en forma de historia, otros como una poesía e incluso algunos puedan hacer de él una canción, pero lo que está claro es que es una obra de arte, y como todas las obras de arte, El Jardín de las Delicias, a pesar de tener claras señales de lo que el autor pretendía decirnos, tiene libre interpretación. A algunos puede transmitirles muchas cosas, a otros nada, pero creo que en eso consiste el arte, y habiendo escuchado las conclusiones de todos acerca de este cuadro, estoy segura de que el pintor logró su objetivo: hacernos reflexionar y ver algo más que pintura en él.

EL JARDÍN DE LAS DELICIAS, EL BOSCO.

Este cuadro está dividido en tres secciones, cada una representando una situación diferente. Cada sección, al igual que la literatura, hace referencia a unas características y a unos tópicos específicos. En el primero podemos observar tranquilidad, al contrario del segundo, en el que abunda la lujuria y el pecado. El infierno podría ser el castigo de todo este descontrol.
Como acabo de explicar, el cuadro nos transmite claramente una historia con un principio, un nudo y un desenlace.